miércoles, 13 de mayo de 2015

Creer verte. Querer verte.


Aun creo verte en la calle. Los rizos, los lentes, los pantalones desenfadados o tu piel blanca. Tantas mujeres con algo tan tuyo que no sé si es que creo verte o quiero verte. 

Quiero verte. Quiero terminar o continuar. Quiero verte y suspiro cada vez que creo verte.

Aquí estoy, a la mitad del camino que planeamos recorrer. Ahora mi boleto no lo ocupó la ausencia en el avión. Ya no me he subido a un avión, fuiste un segundo intento fallido. Eres un intento fallido de olvidar y creer que no te extraño. Te extraño porque estoy a la mitad del regalo que no abrimos. 

Todo cambia. Me hubiera gustado ir allá antes de que se les ocurriera "normalizar las relaciones". ¿Quieres normalizar nuestra relación? No, ni siquiera puedo preguntártelo, no hay lugar que no hayas bloqueado y yo sigo con las ganas de reclamarte el boleto perdido, el asiento perdido, el viaje perdido. 

Tenías razón, esa no era mi vida, y también te equivocaste, tampoco era la tuya. Te doy la cuarta parte de las gracias y a la persona del deseo que me colocaste enfrente otra cuarta parte. El cincuenta por ciento me lo quedo yo. 

¿Aun te enoja que llore? sigo derramando lágrimas con la misma canción pero por razones distintas. Pero tu no eres una razón distinta. El polvo que te cubre destapa la humedad y por eso no quiero limpiarte. Por eso no me gusta cuando creo que te veo. 

Teníamos la mitad del destino. Dime ¿a cuál dirijo ahora todo esto? ya no estoy en los rieles que caminamos aquella vez. Estaba feliz de caminarlos contigo. Ahora estoy tan lejos de ellos y aun más lejos de encontrarte

Aunque eso pasara sé que voltearías la cara y he tenido que aprender a vivir con eso. 

Éste lugar que creímos una escala de nuestra complicidad se ha convertido en mi vida ¿ves? No creí que estar tan cerca de mí sería estar tan lejos de ti. 

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